Informática y SaludNº 40. Marzo 2003 |
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Índice Nº 40
Secretaría Técnica: CEFIC
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INFORENF 2003. Enfermería Basada en la Evidencia
[Acto inaugural] [Conferencia
Inaugural]
La primera ponencia LA PRACTICA BASADA EN LA EVIDENCIA AL SERVICIO DE LA MEJORA EN LA CALIDAD DE LOS CUIDADOS y corrió a cargo de Dña Eva Abad Corpa, Supervisora del Área de Docencia y Calidad del Hospital Universitario J.M. Morales Meseguer de Murcia. El resumen de su ponencia es el siguiente: Pretendió enfatizar el término "práctica basada en la evidencia" (PBE) frente a "enfermería basada en la evidencia" o "medicina basada en la evidencia" ya que todas las disciplinas sanitarias, sin exclusión, pretenden alcanzar un fin común que es el de mejorar la calidad de los atención sanitaria que prestamos. Se realiza un recorrido por los antecedentes históricos de este nuevo movimiento o paradigma que es la PBE, y se explican diferentes conceptos de sus orígenes y motivos de aparición. A través de algunos modelos teóricos sobre la difusión de innovaciones (Rogers, 1995), se presentó el modelo adoptado por el Hospital Morales Meseguer de Murcia a la hora de implementar esta nueva perspectiva clínica que es la PBE. Presentó los resultados de un estudio cuasi-experimental para evaluar la adquisición de conocimientos y habilidades sobre PBE en su hospital, así como la evolución en los dos últimos años de este nuevo paradigma en el colectivo de enfermería de su centro. Como resumen deberíamos decir que el mensaje que nos deja es que la "Enfermería basada en la evidencia" puede: - Aumentar las habilidades de las enfermeras - Favorecer el pensamiento crítico y la actualización de conocimientos - Promover el avance de las ciencias enfermeras - Mejorar nuestra credibilidad - Alentar la utilización de los resultados de la investigación en la práctica clínica cotidiana
La segunda ponencia de la Mesa 4 titulada La atención sanitaria basada en la evidencia. De la información a la toma de decisiones, fue presentada por el Dr. A. Zarazaga Monzón, cirujano del HULP y persona estudioso de estos temas desde hace años. Exponemos a continuación un breve resumen de su intervención. Mientras la MBE es la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia científica clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de pacientes individuales, la Atención sanitaria basada en la evidencia, se refiere a la toma de decisiones que afectan a la asistencia de poblaciones o grupos de pacientes. Es decir, mientras en el primer caso estamos valorando la Utilidad personal de cada paciente: Calidad de vida y expectativa de vida; en el segundo valoramos, además, la aplicabilidad beneficiosa, y para ello será preciso observar, y medir, en nuestro entorno, y en nuestros pacientes, los resultados tras la aplicación de aquellos procedimientos considerados como óptimos en la bibliografía científica (evidencias). Actualmente existen Bases de Datos profesionales, que generan información hospitalaria (Gestión clínica). (Las denominan Bases de Conocimiento, ya que incorporan módulos de procedimientos y actividades estandarizadas o personalizadas) ¿Pero se pueden llamar, propiamente, asi?, Es decir, ¿Nos permiten tomar decisiones clínicas en función de las variables analizadas? Desde mi punto de vista, la mayoría... por no decir todas la bases de información existentes, recogen datos administrativos y económicos, pero muy pocas valoran resultados en los pacientes... y "ninguna", aconseja al profesional sanitario, o al enfermo, sobre que es lo que sería mejor en su caso personal. Es decir, no recogen información de calidad asistencial. (Esto solo lo podrían hacer los Sistemas de Apoyo a la Decisión). Veamos un ejemplo de las características de los sistemas ofertados: permiten recoger y analizar: Indices de hospitalización, estancias, nº de estancias/por nivel de cuidados, por grupo de necesidades. Pesos de distintas áreas de cuidados. Planificación/ejecución, Nº de pacientes valorados en primeras 24h, con alta o con recomendaciones al alta. Nº de planes de cuidados. Seguimientos de escalas de evaluación, Indicadores de rendimiento individual y por servicio, detección de picos de actividad por jornada. Utilización de recursos humanos. Consumos de material/paciente y actividad. Intensidad y coste de enfermería/Case-Mix hospitalario, etc. En resumen, estamos hablando de Coste /eficacia, y por tanto, de efectividad y eficiencia, ¿Pero donde se queda la Utilidad? ¿Y qué es la utilidad? Pues, la medida que percibe exclusivamente el paciente (y no el gestor, o el clínico). Es decir, el fin ultimo de nuestra actuación ante el paciente. (¿O realmente creemos que a este le interesa la estancia media de su enfermedad según el GRD, el índice de ocupación hospitalario, o el Case-Mix?). Cuando intentamos valorar los efectos de una determinada terapia o procedimiento aplicados a un paciente concreto, debemos graduar no sólo el beneficio obtenido en cuanto a la calidad de vida ofertada con el mismo, sino también la cantidad de vida, (podría ocurrir que con un determinado procedimiento le prolongáramos la vida sin mejorar su calidad o incluso en situaciones de discapacidad inaceptables por el enfermo). A ese factor cruzado de cantidad x calidad de vida obtenido, le llamamos Utilidad, y esta puede ser personal (la obtenida por un determinado individuo, independientemente de los resultados obtenidos en otras personas), o bien la utilidad propia del procedimiento, o de la técnica, en cuya valoración entrarían otros parámetros como serían: su aplicabilidad, su dificultad técnica, sus contraindicaciones, su porcentaje de fracasos, su morbi-mortalidad, etc. El porcentaje de éxitos seria la aplicabilidad beneficiosa. Al estudiar la eficiencia, frente a la utilidad, estamos hablando, por decirlo de alguna manera, de Gestión Hospitalaria versus Gestión Clínica, y desde luego, la primera nunca podrá desarrollarse a espaldas de la segunda. Dicho de otra forma, estos sistemas de gestión existentes, permiten seguir protocolos de cuidados estandarizados y eficientes (vías clínicas, o como hacer), mas sin estar establecidas, previamente, las guías clínicas (que hacer), el procedimiento en conjunto… se tambalea. Y por ahora, ni se piensa, tan siquiera, en el desarrollo de bases de datos clínicos, o en la utilización de esos mismos medios técnicos, ya desarrollados para la aplicación de estos sistemas de gestión (intranet hospitalario e internet, Wireless), para permitir el acceso hospitalario a sistemas de información de apoyo a la decisión clínica ya existentes (¡los hay, y abundantes!), que permitan indicar (asesorar al clínico), sobre la actuación mas correcta para el paciente individual (MBE). Pero para generar conocimiento es preciso realizar un nuevo proceso personal sobre la información adquirida: Analizar nuestros resultados, tras aplicar la mejor evidencia disponible. Es decir, practicar investigación de resultados. Y eso consiste, en investigar, en valorar la efectividad y la eficiencia de los proveedores de servicios sanitarios (médicos, servicios, hospitales), mediante la generación, recolección, análisis y aplicación práctica de la información acerca de los resultados o consecuencias de las intervenciones médicas. Así que, se trata más bien de una actitud, no de una exigencia. La actitud del investigador, que no contento con aceptar pasivamente el sistema, quiere analizarlo, descubrir su funcionamiento, ver a que estímulos responde, y ayudar a que transcurra en la mejor dirección. Esta investigación frente a la básica o experimental tiene unas características propias: esta basada en la práctica clínica habitual, valora la utilidad de las intervenciones sanitarias y los beneficios del paciente (utilidad personal) y es aplicable por tanto a individuos o a grupos de pacientes. La búsqueda de la información apropiada (evidencia), unida a la Investigación de Resultados en Salud genera la práctica de la medicina basada en el conocimiento. Dentro de la investigación operativa aplicada, una de las actividades a desarrollar por el clínico con experiencia, es el desarrollo de Sistemas Informatizados de Apoyo a la Decisión Clínica (Computer-Based Clinical Decision Support System), bien directamente o colaborando en su creación. Se trata de la construcción de un modelo matemático, que incorpora azar y riesgo, para explicar, predecir y optimizar los resultados de las diferentes intervenciones. Para ello debe incorporar parámetros que definan el enfermo y las enfermedades (indices de riesgo, estadificación), los procedimientos terapéuticos aplicables (con riesgos y fracasos), así como los resultados: (Calidad y cantidad de vida ganadas, con indicadores y unidades de medida). Así mismo, se incluirán las variables pronósticas, probada y probablemente significativas con respecto a la evolución. Pero no olvidemos que estos sistemas generan información -no decisiones- por tanto son una ayuda para la toma de decisiones clínicas
La utilización y desarrollo de Sistemas de apoyo a la decisión clínica, por parte de la industria (¿?), y sobre todo personalmente (de forma mas humilde), por parte del clínico, que decide observar los resultados finales (calidad y cantidad de vida ganados), en sus pacientes, es no solo una obligación ética, si no un derecho que asiste a cada enfermo (conocer los riesgos y ventajas de cada procedimiento aplicable a su patología), ya que le permitirá, tanto a él, como a su médico tomar la decisión mas apropiada. Posteriormente, una vez tomada la decisión sobre el procedimiento más apropiado, (¡y solo entonces!) la aplicación de los sistemas informatizados de gestión (como los presentados en este congreso), permitirán obtener un correcto aprovechamiento de medios humanos y materiales de la forma más eficiente. No disponemos del resumen de la ponencia de Dña Pilar Vilagrasa Ortí, de la Fundación Alba. Hospital de San Miguel de Barcelona, por lo cual no podemos incluir sus palabras. Habló sobre la EVIDENCIA COMO INSTRUMENTO DE LA PRACTICA y su discurso fue ampliamente aplaudido.
La cuarta ponencia de la Mesa 4, Instrumentos facilitadores y barreras para el uso de la EBE, fue expuesta por D. José Ramón Martínez Riera, Director de Enfermería de Atención Primaria del Area 17 (Elda) de Alicante. Por falta de espacio nos vemos obligados, como con otros ponentes, a incluir solo un resumen de su intervención. En términos generales y muy a nuestro pesar podemos decir, que la Enfermería no es una profesión basada en la investigación, o si se prefiere, no está basada en evidencias. Existe una separación entre lo que se conoce y lo que se practica; la investigación sólo en un alcance muy limitado es utilizado en la práctica. Tal como dice Hunt (1996) hay varios factores que han conducido a las enfermeras a estar alejadas de los hallazgos de la investigación y de la evidencia, ya que muchas no lo comprenden, otras no lo creen, otro grupo no sabe cómo hacer uso de ellos y, aún más grave, a otros no les está permitido aplicar hallazgos procedentes de la investigación. Ello ha conducido a un distanciamiento entre teoría y práctica que genera un dilatado espacio entre "lo que se sabe y lo que se hace". Pero las enfermeras están comenzando a ver el mundo de otra forma. En la enfermería española se ha oído el ruido de la evidencia pero no su melodía; estando en la actualidad en un período de adaptación que nos permita interpretar adecuadamente la composición. Dado que, tal como han puesto de manifiesto, la EBE ayuda a entender mejor la realidad del paciente, pero lo que falta por plantear es cuales son los Instrumentos facilitadores y cuales las barreras para su uso. En un primer lugar y con el fin de tener una visión global de las barreras voy a agruparlas en base a los cuatro tipos en que las clasifica Parahoo (2000) en su estudio: Marco, Presentación, Investigación y de la propia enfermera.Orden y descripción de las Barreras en relación al Marco en el que se desarrolla la investigación
Adaptado por Martínez Riera JR de: Parahoo K. Barriers to, and facilitators of, research utilization among nurses in Northern Ireland JAN 2000. 31(1):89-98
Orden y descripción de las Barreras en relación a la Presentación de la Investigación
Adaptado por Martínez Riera JR de: Parahoo K. Barriers to, and facilitators of, research utilization among nurses in Northern Ireland JAN 2000. 31(1):89-98
Orden y descripción de las Barreras en relación a la Investigación
Adaptado por Martínez Riera JR de: Parahoo K. Barriers to, and facilitators of, research utilization among nurses in Northern Ireland JAN 2000. 31(1):89-98
Orden y descripción de las Barreras en relación a la Enfermera
Adaptado por Martínez Riera JR de: Parahoo K. Barriers to, and facilitators of, research utilization among nurses in Northern Ireland JAN 2000. 31(1):89-98
Si bien es cierto que no existen estudios parecidos que hagan referencia a la realidad española, entiendo que los mismos son generalizables a nuestro entorno, y que de forma breve voy a pasar a referir. ü La utilización de la investigación no es tanto una cuestión individual como organizacional. Es un proceso complejo de componentes políticos, organizacionales, socioeconómicos y actitudinales, que influyen de manera muy directa en todos los demás elementos que actúan como barreras de la EBE.ü Conocimiento insatisfactorio de las enfermeras sobre los hallazgos de la investigación.ü No existe una decidida orientación hacía la investigación ni tampoco una concienciación extendida sobre su importancia.ü Existen muy pocas descripciones de los roles o de los modelos organizacionales que hayan combinado exitosamente investigación y práctica..ü La cantidad de evidencias disponibles para la práctica de enfermería es insuficiente y de limitado valor.ü Falta de criterios uniformes en la publicación y presentación de los resultados de las investigaciones, que impiden en muchas ocasiones que resulten claros, comprensibles y de fácil lectura sin que ello signifique falta de rigor científico .ü Muy poca utilización de fuentes de documentación secundaria y desconocimiento de la relevancia y actualidad de la información que ofrecen las fuentes primarias.ü Muy poca lectura de artículos en inglés e importante nivel de aislamiento. (insularity) de la producción científica de la enfermería española en el contexto de la enfermería mundial.ü La formación y destrezas de los profesionales de enfermería en lectura y valoración de informes de investigación está muy lejos de estar generalizada en la profesión.ü Escasez de estudios de replicación y de líneas programáticas de investigación .ü Escasa utilización de marcos teóricos de enfermería como fundamento de la investigación empírica.ü Escasa investigación metodológicamente potente y con poca utilización de métodos estadísticos avanzados.ü Escaso apoyo organizacional y financiero a la investigación de enfermería.ü Estrategias empleadas por los docentes que impiden una renovación dirigida a la formación en el paradigma de la EBE.ü Escaso trabajo en equipo y multidisciplinar que impide el éxito de la EBE.ü Enfermería realiza cada vez más abordajes desde paradigmas distintos al positivista, empleando métodos de investigación cualitativa que figuran entre los menos "recomendados" por la evidencia científica.ü Resistencia al cambio y poca colaboración de los compañeros más veteranos que adquieren actitudes inmovilistas.ü Dificultad en el acceso a las fuentes de información y la evidencia específicos de enfermería así como escasos recursos bibliográficos disponibles.Aunque después de lo expuesto parezca poco probable encontrar instrumentos favorecedores o facilitadores para el uso de la EBE, no hay que caer en el desánimo y comprobaremos que existen y cada vez se dan con mayor frecuencia. Veremos pues a continuación como las acciones facilitadoras que se describen sirven , a su vez, para contrarrestar o eliminar muchas de las barreras anteriormente descritas, ya que son o actúan como antagonistas. Así pues y siguiendo la estructura inicial podemos encontrar en el estudio realizado por Parahoo (2000) la siguiente priorización de facilitadores de la EBE.
Adaptado por Martínez Riera JR de: Parahoo K. Barriers to, and facilitators of, research utilization among nurses in Northern Ireland JAN 2000. 31(1):89-98
Es importante destacar el hecho de la implicación y soporte de los directivos como principal favorecedor de la EBE. Por otra parte y en este mismo sentido el estilo de dirección, la escucha activa y el reconocimiento de los logros son elementos facilitadores de la EBE. En este sentido cabe decir que estos elementos facilitadores se enmarcan en uno más amplio que es el de una adecuada cultura organizacional que crea, favorezca y potencie la EBE. Derivados de lo anteriormente expuesto podemos destacar como otros instrumentos facilitadores para el uso de la EBE: ü Tener una plantilla de profesionales adecuadamente dimensionada y estable, con una adecuada política de personal.ü Fomentar la investigación y la formación para la misma facilitando la disponibilidad para la asistencia a cursos, seminarios, jornadas, congresos... de formación y divulgación de la investigación. Favoreciendo el pensamiento crítico y promoviendo las ventajas de la EBE para la práctica profesional.ü Generar, potenciar, desarrollar y apoyar equipos de investigación, que sirvan de punto de inflexión a la instauración progresiva de la investigación y de la EBE.ü Potenciar la EBE basada en la investigación cualitativa que permita el desarrollo del conocimiento holístico de la disciplina de enfermería a través, entre otras, de la etnografía y la fenomenología, y que tal como muestra la producción científica de los últimos años deja evidencia del potencial que tiene para mejorar la práctica de la enfermería.ü Establecer una interrelación efectiva entre diferentes niveles de investigación (asistenciales, universitarios)ü Espacio temporal definido para el desarrollo de la investigación.ü Incentivación efectiva y concreta de la investigación.ü Facilitar el acceso rápido y de calidad a las fuentes de información, bases bibliográficas y a las específicas de la evidencia.ü Invertir en infraestructura adecuada (ordenadores, conexión a redes...).ü Facilitar la disponibilidad de recursos como Internet, teniendo en cuenta la limitación notable de la ausencia de un control de calidad que garantice la validez y fiabilidad de la gran cantidad de información a la que se tiene acceso.ü Facilitar el equilibrio entre los resultados derivados de la investigación (evidencia externa) y el conocimiento derivado de la experiencia profesional (evidencia interna).ü Facilitar la diseminación de los hallazgos. ü Permitir la puesta en práctica de los resultados obtenidos de la investigación.ü Facilitar la investigación como elemento favorecedor y facilitador del empoderamiento de la enfermería Con todo lo apuntado he pretendido, de forma sintética, dar una visión de conjunto de las barreras y facilitadores de la EBE, quedando abiertas posiblemente, múltiples interrogantes que tan solo a través del debate podremos responder. Por último quisiera concluir diciendo que la EBE sólo tendrá futuro si la enfermería nos planteamos un cambio en la filosofía enfermera y empezamos a cuestionar seriamente nuestra forma de entender y practicar la enfermería, integrando las contradicciones de la cultura (organizacional, del paciente y del profesional) con pruebas científicas de distinta naturaleza, pero evitando la focalización únicamente en el paradigma científico – tecnológico favoreciendo su aplicación desde una perspectiva holística con la que hoy se acepta universalmente el ejercicio profesional de las enfermeras. Si no conseguimos este cambio, la EBE, será una de tantas modas pasajeras derivada del mimetismo médico con el que solemos actuar, que de vez en cuando nos visita y que al cabo de poco tiempo habremos olvidado para siempre y que lamentablemente suele presentarse como una de nuestras más importantes barreras en el desarrollo disciplinar.
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