Comunicación |
Dra. Nitza Julia Sanz Pupo*, Dr. Pedro A. Díaz Rojas**, Dra. Elizabeth Leyva Sánchez***, Dr. Pedro A. Fernández Sarabia****
El pleomorfismo nuclear es un indicador de gran importancia en el momento de evaluar el grado de diferenciación de una neoplasia, en el cuadro 1 observamos la coincidencia existente entre el grado de pleomorfismo nuclear evaluado cualitativamente y la determinación cuantitativa del factor de forma resultando que el pleomorfismo nuclear más frecuentemente diagnosticado fue el moderado con 28 casos para un 60.8 % mientras que el clasificar los casos atendiendo los valores obtenidos mediante la determinación del factor de forma, la mayor cantidad de casos estuvo en la categoría poco diferenciada existiendo una coincidencia de dos casos en el grado I, 8 casos en el grado II y 4 casos en el grado III estando la mayor diferencia en el grado II, considerando éste como el grado intermedio en el cual los observadores tienden a incluir más casos.
En el cuadro 2 analizamos el gradiente tumoral (ajustado al factor de forma) y la evolución, observando que fueron los casos con buena evolución los mayoritarios para un 67.3 %, estando apoyado esto porque los grados histológicos más frecuentes fueron el bien y el moderadamente diferenciados para un 89.1 % que corresponde con aquellos tumores que presentan mejor evolución.
El comportamiento de las variables factor de forma y gradiente tumoral ponen de manifiesto que en la medida que aumenta el valor del factor de forma, o sea, en que las células tiendan a alcanzar valores cercanos a uno (forma de esfera) tienda a disminuir el gradiente tumoral, a ser éste más diferenciado demostrando que el factor de forma influye sobre el grado tumoral y que aquellos tumores que mostraron altos por cientos de células con valores del factor de forma mayores que 0.69 coincidieron con los casos diagnosticados como grados I y II (bien y moderadamente diferenciados respectivamente).
Al analizar el cuadro 3 correspondiente al comportamiento del factor de forma con respecto a la evolución observamos que en los casos que tuvieron menos del 50 % de su población pleomórfica (con un factor de forma menor de 0.69) predominó la evolución buena en 11 de los mismos para un 84.6 %, y que en aquellos casos que tuvieron más del 50 % de su población pleomórfica a pesar de tener 20 casos (60.6 %) con buena evolución tuvieron 13 casos con mala evolución para un 39.3 %, obteniéndose una asociación altamente significativa en la prueba de Mc Nemar entre éstas categorías (p <0.001), evidenciando que a mayor por ciento de células pleomórficas existente en un tumor, mayor posibilidad tendrá la paciente de evolucionar no satisfactoriamente.
El cuadro 4 muestra la razón de productos cruzados (OR) para determinara los valores del riesgo de cada indicador individualmente destacándose el alto riesgo (OR = 3.58) que representa para las pacientes ser portadoras de un tumor cuyas células tengan factores de forma por debajo de 0.69, así como que el grado tumoral también alcanza valores altos con un OR = 1.59 mientras que al analizar el por ciento de células pleomórficas de la población celular del tumor observamos que muestra valores de 0.28 poniendo de manifiesto un carácter protector de este indicador. Como podemos apreciar las relaciones encontradas entre éstos indicadores y su calidad en la obtención favorecen su utilización como elementos pronósticos para ser usados por los médicos de asistencia de las pacientes.