Póster
Nº 073
Póster |
|
Miguel Angel Limeres González, Pilar de la Rosa del Rey, Ana Alonso Fernández-Aceytuno
|
|
El adenocarcinoma gástrico de tipo hepatoide es un tumor que se ha definido clásicamente por combinar áreas de diferenciación glandular con otras tipo hepatocarcinoma (1,3). En nuestro caso nos encontramos con una neoplasia que combina un patrón hepatoide (foto nº4) con otro indiferenciado (fotos nº 2 y 3); aunque en nuestro caso la tumoración carecía de un patrón glandular definido, nacía de la mucosa antral (foto nº 2) y mostraba áreas de patrón trabecular (foto nº4) con células que presentaban material hialino PAS positivo-diastasa resistente (foto nº 5) y expresión de alfa-fetoproteína (foto nº 6), hechos distintivos de este subtipo de tumor (2).
El marcador más característico del mismo es la expresión de alfa-fetoproteína, que tiene lugar aproximadamente en el 50% de los casos, aunque, independientemente de ello, todos presentan mal pronóstico por su gran tendencia a la diseminación hematógena a través de las venas (foto nº 7). El diagnóstico diferencial fundamental en nuestro caso lo planteamos con el hepatocarcinoma, pero tanto el origen de la lesión en el antro gástrico, como la ecografía que no evidenció lesiones focales hepáticas, excluyeron esta posibilidad. Aunque existen otros tumores gástricos productores de alfa-fetoproteína, el cuadro morfológico no plantea dudas con respecto al diagnóstico. Por último, cabe señalar que este tumor también se ha descrito en otras localizaciones del tracto gastrointestinal (2).
|
|
