Cistoadenoma uracal
Fernando Burgos y
Mercedes Guijarro Rojas.
HOSPITAL "SEVERO OCHOA
" (LEGANÉS).
La patología uracal es
infrecuente y la literatura recoge, en general, casos aislados.
El uraco es una
estructura que se forma durante el desarrollo, al unirse el alantoides
con el ápex de la vejiga a través del anillo umbilical. Cuando la
vejiga desciende a la pelvis, el uraco se atenúa y oblitera,
constituyendo un cordón fibromuscular localizado en el espacio
extraperitoneal de Retzius, con la fascia transversalis como límite
anterior, el peritoneo parietal en cara posterior y los ligamentos
umbilicales dispuestos a ambos lados.
La involución completa
del uraco acontece entre el 3° y 5° mes postnatal (1). Sin
embargo, la persistencia de remanentes, generalmente asintomáticos,
ocurre hasta en un 70% de la población, según algunos autores (2).
La patología uracal es
más común en la edad pediátrica, siendo el seno y el quiste uracal
las anomalías más frecuentes y la infección, la complicación
acompañante (3).
En el adulto, la
patología relacionada con el uraco es muy poco frecuente, de carácter
neoplásico y maligna. En el 60-75% de los casos son hombres, con un
rango de edad comprendido entre los 50-60 años. El 90% de las
neoplasias son adenocarcinomas mucosecretores con origen en la pared
vesical (4). Según otros autores, el 69% son mucoproductores, el
15% no-mucoproductores y el 16% restante comprende sarcomas, carcinomas
de células transicionales y carcinomas de células escamosas.
La frecuencia relativa
de las neoplasias malignas del uraco respecto al resto de la patología
maligna es del 0.01%. El 0.3%-1% de los tumores malignos vesicales se
originan en restos del uraco, y entre los adenocarcinomas vesicales, el
20%-39%, tienen también su origen en ésta estructura (5).
La lesiones uracales
benignas en el adulto son excepcionales (6,7). El cistoadenoma
uracal que presentamos es un nuevo caso.
BIBLIOGRAFÍA:
1 Zieger B, Sokol B,
Rohrschneider WK et al. Sonomorphology and involution of the normal
urachus in asymptomatic newborns Pediatr Radiol 1998
Mar; 28(3): 156-61.
2 Robert Y, Hennequin-Delerue
C, Chaillet D et al. Urachal remnants: sonographic assessment J
Clin Ultrasound 1996 Sep; 24(7): 339-44.
3 Mesrobian HG,
Zacharias A, Balcom AH, Cohen RD. Ten years of experience with
isolated urachal anomalies in children J Urol 1997 Sep; 158
(3 Pt 2): 1316-8.
4 Vergos M, Messina MH,
Lhomme Desages B et al. Cancer of the urachus. A rare form of tumors
of the bladder J Urol 1992; 98 (1): 56-9.
5 Salinas Sánchez AS,
Alcala-Santaella Casanova C y cols. Adenocarcinomas of the urachus
Arch Esp Urol 1991; Ene-Feb; 44 (1):31-6.
6 Hull M and Warfel KA.
Urachal Cystadenoma with Abundant Glycogen Ultrastructural
Pathology 1994; 18:499-502.
7 Hernández-Siverio N,
Rodriguez P, Robayna D G, Robayna G G et al. Quistes de uraco. Estado
actual del problema Arch Esp de Urol 1990 43(3):
237-239.