Discusión: El TA paratesticular es el tumor benigno
más frecuente de los anejos testiculares (60% de los casos). La mayoría
asienta en la cabeza del epidídimo, aunque pueden afectar a la túnica
albugínea, cordón espermático, túnica vaginal y, raramente, el testículo.
Afecta a pacientes entre 18 y 79 años, es raro en niños y la mayor parte
de los afectados se encuentra en la 4ª década.
Suele ser unilateral y solitario. Su diámetro no excede
los 5 cm. Macroscópicamente, puede presentarse como un nódulo bien
delimitado o como una placa de bordes mal definidos.
El rasgo microscópico más llamativo es la presencia de
túbulos redondeados, ovales o en forma de hendidura, cordones o grupos de
células, así como células sueltas, que a menudo contienen grandes vacuolas
intracitoplasmáticas. Dichas estructuras y células asientan sobre un
estroma fibroso a veces hialinizado, que puede contener músculo liso y
algún foco de inflamación crónica. El margen del tumor puede hallarse bien
delimitado del testículo adyacente o ser irregular, lo cual no modifica su
comportamiento benigno.
En el diagnóstico diferencial del TA debemos considerar
diversas posibilidades en función de su morfología y localización: tumores
de los cordones sexuales, tumor del seno endodérmico, mesotelioma maligno,
adenocarcinoma metastásico (particularmente de células en anillo de sello)
y tumores vasculares (hemangioma epitelioide).
El estudio inmunohistoquímico puede ser de ayuda en
estos casos. Se ha demostrado positividad similar a la del mesotelioma (citoqueratina
AE1/AE3, EMA, vimentina, OC 125, HBME-1, trombomodulina) asociada a la
negatividad de marcadores propios de carcinoma (Ber-EP4, CEA, Leu-M1,
B72.3, MOC 31) y vasculares (CD34, factor VIII).
Debido a este perfil inmunohistoquímico y a estudios
ultraestructurales, se considera al TA como una neoplasia de origen
mesotelial.
Hay escasas descripciones citológicas de este tumor en
la literatura anglosajona, que recogen al menos 9 casos. La más numerosa
(7 casos) fue la realizada por Pérez-Guillermo y cols en 1989. En todas
ellas, el material fue obtenido mediante PAAF, incidiendo en la
importancia de esta técnica en el diagnóstico preoperatorio, que evitaría
la realización de orquiectomías innecesarias al tratarse de un tumor
benigno.